El desarrollo del pensamiento lógico es la base esencial para la creación de algoritmos, pues permite transformar problemas complejos en soluciones claras y ordenadas. Al ejercitar la lógica, aprendemos a analizar situaciones, identificar patrones y diseñar pasos precisos que conduzcan a un resultado eficiente. Esta capacidad no solo fortalece la programación, sino que también potencia la creatividad y el razonamiento crítico, convirtiendo cada algoritmo en una herramienta capaz de dar vida a ideas, optimizar procesos y abrir caminos hacia la innovación tecnológica.